viernes, 11 de octubre de 2013

tiempo

I
Soy una perra. Una perra que se encuentra con un piano. Y nada. Y la poesía es, algo que está ahí, murmurando de fondo, la banda de sonido de la historia. Soy una perra despeinada que huele el tango, y lo mastica. Tengo sueño y me enrosco cerca de mi pelaje: sola puedo y me doy calor. Soy una perra a la mañana molesta por las bocinas, por las hornallas, por todo menos...por el olor a jazmín. Que es olor a verano y olor a vos, que sos todos condensados en un presente: sos vos. 
Entro de pronto y sin aviso en la ira, la atravieso -rompo algo o lo reprimo- y salgo como de una ducha fría, todo queda lejos, y caen los párpados como si-nada. 

Vuelvo en mi. Y soy dos -o tres- todas juntas, jugando a un juego de manos. Le apuesto a mi misma que para el miércoles voy a volver, con todo listo, una valija y adentro yo. Ana Prada quizás venga conmigo, en formato mp3. 

II
Ya no soy una perra y soy mujer en construcción, y soy mujer trabajando. Ya no, entonces, puedo o no, darme calor sola, puedo o no soltarme el pelo y condensar el resumen en un presente. 

Tengo que irme, cinco minutos mas acá y llego tarde. Decido llegar tarde. Tengo que irme a discutir sobre el amor, hacerlo un concepto y perseguirlo, letra por letra vaciarlo de sentido para llenarlo de estupideces, lo repito muchas veces para que pierda su magia amoramoramoramoramoramor (no es época de moras voy a comprar uvas entonces). Voy a hablar sobre el amor, eso que no puedo sostener, salvo en una hoja. Llego tarde, lo decido, a discutir sobre el amor llego tarde, total no me voy a perder nada, ya está todo dicho, vamos a consolarnos con la nostalgia de estar tarde siempre a todo. Pero nos queda la voz y el voto, y por supuesto la queja. Compro varios números, rifamos una idea.

III
Llueve tanto que me corta la respiración, se van a inundar las aulas, no vamos a poder discutir. Poner la pava? hacerme la enferma? y soportar la depresión que va llegando en cuotas a instalarse al lado mio en la cocina. La depresión de no-saber-bien-qué. Podría mandar todo a la mierda y correr a tu casa, empaparme en el camino llegar y tirarte encima un abrazo gigante. Pero no, es la lluvia que es brujería. Es el cenicero lleno de siempre. Es la heladera vacía el calefactor que explota el verano que no llega las hormonas muertas o alteradas pero sin punto medio es vos es yo es el punto que falta pero al final siempre la misma sensación de vacío sea cual sea el referente. 

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