miércoles, 15 de febrero de 2012

Garopaba

El mar está calentito, vivo. Va y viene.
La bruma se pega en el ojo y ves todo como si estuvieses fumada.
Esa embriaguez que cuentan las poetas,
y los poetas,
ese emborracharse de vida que quieren encontrar en las letras de un poema
(y que encuentran).
Estaba acá no mas también.
No bajas mas, es todo tan lindo que no bajas.
Pero igual te clavas unos tremendos helados, en honor a la gula que no existe.
Está todo tan bien que asombra

La arena no raspa, acaricia
Los teléfonos no tienen señal
A la noche en el mar se ven de refilón algunos barcos iluminados
y te metes en esos barcos y te llevan hasta los remolinos
en los remolinos te hundís y no nadas, porque ni queres nadar
y suenan los beatles.
te hundís para resurgir en la otra punta, cerca de la montaña, y salir caminando en la arena
Encontras un senderito que da a una galería lisergica de arte
dónde suenan los tambores que te hacen bailar el corazón
los lagrimales salados hacen el esfuerzo de la emoción
lloras
y amanece, una hora después de los lunares
amanece.
Es todo sol y leche condensada
Todo ir y venir con el mar
Todo no necesitar nada nada nada

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