viernes, 23 de marzo de 2012

Es la luna pero es un barco, amarillo. Y te subís y viajas , a traves de los párpados, navegando por las lucecitas de colores que quedan en la oscuridad, cuando cerrás los ojos.
De vez en cuando sobran las palabras. De vez en cuando faltan. Pero el aliento me dice que estás ahi, meditando todo en silencio, rascándote la barba, patas para arriba.
Ey negrita no te preocupes, que sigo aca.
Pare para respirar, matar la angustia y tragar las lágrimas, para poder seguir. Porque miré para arriba, y mire para adelante, y todo era por demás inmenso. El miedo y la impotencia y la emoción. Mas que nada la emocion. Pero respirando segui. Valió la pena, siempre vale la pena.

lunes, 19 de marzo de 2012


todo está en la cabeza
todo está de cabeza

pero que linda es esta ciudad los domingos a la tardecita
que lindo es el otoño que amenaza
ese color doradito y verde sepia
esa luz de caramelo fundida en los árboles

el otoño nos pone cursis
pero que lindo que es.

es indie y es amor y es malabares con fuego y festival en la calle
y bailar despacito con pollera y cancan
y caminar de la mano rompiendo las hojas muertas
y pasear en colectivo un domingo por las calles desiertas
y tomar traguitos de vino para reirse un poco
ver una película gratis
hacer el amor con cada disco

porque en otoño se hace el amor y además se coge.

viernes, 16 de marzo de 2012

chabón el mundo es tan chico


De acá para allá en la línea A. Cómo dice el tema que iba escuchando cuando cruzaba la plaza.
Dice el tema que el pañuelo bordo se le voló por el viento a la chica.
Y en eso iba cuando yo que caminaba por la plaza sentí un fuertísimo olor a verano que casi me voltea. Y yo que no creo en dios y eso, empecé a rezar porque ese olor a verano no viniera de dónde yo creía que iba a venir. Entonces estaba en eso de rezar y decir no por dios que no sea, cuando di vuelta la cabeza, unos noventa grados a la derecha y nada, y otros noventa grados a la izquierda, y, si, si, si. Cambié el tema rápido, volví la cabeza a su eje (como si eso se pudiera con un remolino de verano al medio) y seguí caminando, tratando de disimular con el pelo el color tomate de la cara. Di la vuelta al monumento sin mirar para atrás (bueno capaz que un poco miré pero no vi nada). Crucé la calle y ya no sentí el olor ese tan particular. Y suspiré aliviada escuchando un tema de cumbia que hablaba del pepino de la suerte. Pero en el estribillo (cuando dice no me viá'olvidar del pepino de la suerte, es un pepino que me va a ayudar) el celular empezo a vibrar cortando el tema y leí un mensaje. Automáticamente, siendo conciente de que estaba flashando, di una vuelta de ciento ochenta grados para volver a la plaza, para volver al verano y encararlo y decirle que si, que sin calor no hay tu tía, y volver a comer caramelos de limón.

domingo, 11 de marzo de 2012


liberen al tango

para que todos lloremos
hasta que la ciudad se inunde toda
porque los desagües no andan bien

liberen al tango

para que a los gritos nos liberemos
de las penas secas
de las flores rotas

rompan los parlantes y las pantallas

para que el tango sea libre
y nos invada el cuerpo todo
y nos haga bailar el cuerpo todo

emborrachemonos de dolor

para que cuando nos despertemos a la mañana siguiente
liberando toxinas y emanando dolor por todos lados
no sepamos, no recordemos qué fue
lo que la noche anterior nos liberó
no sepamos qué fue
lo que hizo que hoy seamos tan felices y livianos.

viernes, 9 de marzo de 2012

Alabar albar


Es un bar que tiene alas. Tiene un escenario.Tiene un patio.
Los bares tienen historias. Esta historia cuelga como un cable de teléfono al lado del escenario.
¿Qué hace ese cable ahí? No existe, no está ese cable ahí.
Vos ya escribiste esto. Ya contaste que había una borracha salvando la noche. No contaste que esa noche yo bailé. Que esa noche no había mucha gente. No contaste que era invierno y no nos conocíamos. Que caminamos hasta tu casa y no me fui nunca mas. Que me quedé ahí andando en patineta para siempre, como siempre. Vos te mudaste pero yo sigo ahí.
Ahora yo cuento que había un bar, sí, que había una borracha, sí. Que hacía frío y caminamos hasta tu casa .
Cuento que te regué las plantas cuando te fuiste de vacaciones, que te use el shampoo a veces, que dormí en tu cama. Que llevé mi gato, te gustaba mi gato, aunque decías que estaba loco (pero mas de una vez te vi acariciarlo cuando creías que nadie te miraba).

Pará. Empiezo de nuevo. Había un bar que tenía alas, pero se quedaba quieto.
Estabamos vos y yo, y mucha gente mas.
Esa noche caminamos hasta tu casa, hacía frío, me quedé a dormir. Y no me fui nunca.
Después hubo un domingo que anduve en patineta toda la tarde por el patio sin caerme. Después hubo peleas, pero nada especial. Hubo películas. Hubo tarros de miel. Hubo fotos. Siempre hay fotos.
Hubo plantas que regué cuando te fuiste de vacaciones. Hubo intrusos y música y fiestas felices.
Me acuerdo de puertas que se abrían y que vos cerrabas.
Mi gato estuvo, te gustaba aunque decías que estaba loco.
Después un camión de mudanzas. Y embalar cajas. Y ponerles nombre.
Casualidades, de esas hubo muchas. Historias, grandes historias. Fechas, una en particular.

¿qué mas me estas preguntando? Un bar, en realidad eso. Un domingo. Un tarro de miel. Una foto. Una mudanza. Nada especial, ni digno de ser novela.