viernes, 16 de marzo de 2012

chabón el mundo es tan chico


De acá para allá en la línea A. Cómo dice el tema que iba escuchando cuando cruzaba la plaza.
Dice el tema que el pañuelo bordo se le voló por el viento a la chica.
Y en eso iba cuando yo que caminaba por la plaza sentí un fuertísimo olor a verano que casi me voltea. Y yo que no creo en dios y eso, empecé a rezar porque ese olor a verano no viniera de dónde yo creía que iba a venir. Entonces estaba en eso de rezar y decir no por dios que no sea, cuando di vuelta la cabeza, unos noventa grados a la derecha y nada, y otros noventa grados a la izquierda, y, si, si, si. Cambié el tema rápido, volví la cabeza a su eje (como si eso se pudiera con un remolino de verano al medio) y seguí caminando, tratando de disimular con el pelo el color tomate de la cara. Di la vuelta al monumento sin mirar para atrás (bueno capaz que un poco miré pero no vi nada). Crucé la calle y ya no sentí el olor ese tan particular. Y suspiré aliviada escuchando un tema de cumbia que hablaba del pepino de la suerte. Pero en el estribillo (cuando dice no me viá'olvidar del pepino de la suerte, es un pepino que me va a ayudar) el celular empezo a vibrar cortando el tema y leí un mensaje. Automáticamente, siendo conciente de que estaba flashando, di una vuelta de ciento ochenta grados para volver a la plaza, para volver al verano y encararlo y decirle que si, que sin calor no hay tu tía, y volver a comer caramelos de limón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario