domingo, 11 de septiembre de 2011

No te olvides de los tilos





La primavera vino cholula. Me pegó de repente en el ojo derecho,mientras cruzaba por digonal 73. Y cuando la vi después de refregarme el ojo golpeado sentí el perfume ese que te pone re feliz, esa mezcla entre jazmín y ganas de vivir. Te agarra eso de limpiar el patio, lavar la ropa, leer al sol y quedarte dormida. Te agarra así ¿viste? No es cualquier estación. Cuando decis primavera todo retumba, las palabras salen con eco, y una música entre infantil y porno empieza a sonar en el aire, y automáticamente palito ortega se entremezcla en tu cabeza y no te abandona, y si, el tipo este, el toque justo, la primavera es de palito ortega, es de él. No hay flores ni mariposas ni sol ni nada si no hay palito antes.
Pero quiero volver a esto: la primavera me golpeó en la cara, después de eso todo cambió. Llegue a casa y remodelé la antigua lista de reproducción invernal, cambie spinetta por calle 13, me teñí el pelo, pasé una escoba. Salí a caminar. Salí a caminar. Salí a caminar. Todo estaba mas verde, verde limón, verde que te quiero. Y otra vez el tema recurrente de las parejas en la plaza, y planear las vacaciones de verano, que sacar los pasajes, que preparar algún final para sentirse útil en el mundo, y el sueño de la playa, ya casi que sentís la arena caliente. Y las fiestas que ya son algo real porque ya vienen, porque después del invierno todo se pone mas fugaz (menos mi servidor de internet),y la cerveza a la tardecita, y mi cumpleaños, y caminar y verde. Y otra vez la burra al trigo y las ganas de algún que otro beso, y fumar, y que te lees algo al sol. Y que sonreís como idiota a la mañana porque el mundo se pone mas lindo.
Y te rascas la cabeza y empezas a notar que del roce de los dedos con el pelo estalla una ola de recuerdos (pero sin el dejo de nostalgia de julio) y esos recuerdos envuelven todo, y son cada vez mas, y líquidos, y entonces inundan todo, la calle, las puertas, rompen los vidrios de las ventanas, se hacen olas y remolinos y no te queda otra que hacer la plancha en una colchoneta inflable naranja, en ese mar violetita de recuerdos y en eso ves que pasa palito en una balsa tocando la guitarra y entonces te levantas los anteojos negros y guiñas un ojo mientras decís "pucha que vale la pena estar vivo".

3 comentarios:

  1. Pocas veces leí una descripción de la primavera tan exacta sin la necesidad de recurrir a una poetización innecesaria. Pareciera que la primavera siempre nos poetiza más (para el lado de la poesía feliz, para la poesía nostálgica está el invierno), y es así el sentimiento, el celeste del cielo te motiva. "Salgan al sol, idiotas" diría Billy Bond y su pesada. Y sí, palito, la primavera tiene escrito "palito" por todos lados.

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  2. Hemos descubierto entonces la nueva teoría literaria, la poesía viene en su nuevo formato climático. Somos el futuro de la crítica y estamos empezando por dividir los versos entre paliteros y orteguistas, entre calurosos y frios, entre celestes y blancos (guiño nacionalypopular). Me parece que es un gran comienzo, no?

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  3. Claro que vale la pena, y también, subirse con Palito y cantarse una canción de primaveras.

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